A mi también me lo explicaron mal: Encuesta de Autoevaluación.


La misma cosa bien explicada o mal explicada hace que se acepte o que genere rechazo.

Cuando alguien nos contaba que estaban aplicando una campana de Gauss a priori antes de realizar las entrevistas de autoevaluación, nos sacaba de nuestras casillas y nos hervía la sangre al ver la confusión entre causa y efecto. Cualquiera que de pequeño tuviese Estadística como asignatura habrá oído hablar de la ley de los grandes números, y la campana de Gauss, la cual mide la distribución, la dispersión, de una muestra matemática en los resultados de la investigación. El universo muestreado al azar debe ser suficientemente grande y realmente al azar para que como resultado aparezca la clásica curva de Gauss.

Que en vez de ser el resultado, sea la causa hace que no se entienda muy bien si no se da más explicación. La Campana de Gauss ha de aparecer como resultado y si el grupo es muy pequeño no aparecerá, pero según el número de muestras sea mayor, aparecerá de forma natural sin que nadie fuerce nada.

¿De dónde viene la confusión con la Autoevaluación en Tecnocom? Pues que se les olvidó aclarar que no es que estén manipulando el resultado forzando una campana de Gauss antes de empezar con las evaluaciones. Que lo que han elegido es uno de los muchos métodos que existen para evaluar el desempeño. Las técnicas de evaluación del desempeño de uso más común son:
  • Escalas de puntuación
  • Listas de verificación
  • Método de selección forzada
  • Método de registro de acontecimientos notables
  • Escalas de calificación o clasificación conductual
  • Método de verificación de campo
  • Enfoques de evaluación comparativa
    • Establecimiento de categorías
    • Método de distribución obligatoria
    • Método de comparación contra el total
Cada método tiene sus pros y sus contras. Los errores más comunes de algunos de estos métodos son los siguientes.

ERRORES QUE AFECTAN LA EVALUACIÓN

Criterios Poco Claros
        Surge cuando los criterios de evaluación no están claramente definidos. Ante esta situación la evaluación es demasiado abierta a la interpretación. Por ejemplo, criterios como: desempeño bueno, cooperación y calidad.

Efecto Halo
        Se presenta cuando una sola característica de la persona puede influenciar la forma en que se califican los criterios. Por ejemplo, un supervisor puede observar que un empleado se lleva bien con otros. Esta característica la puede utilizar como base para calificar al empleado en otros criterios. Esto se presenta a menudo cuando los empleados son poco amigables o amigables con el supervisor.

Tendencia central
        Es la tendencia de calificar a todos los empleados de la misma manera, tal como calificarlos a todos de promedio. Como por ejemplo, existe una escala de calificación para cada uno de los criterios del 0 al 10 y se califica al empleado en 5, en el promedio.

Prejuicios
        Es la tendencia a permitir que las diferencias individuales, como la edad, raza, color y el género, afectan las calificaciones que reciben estos empleados en sus evaluaciones. 


El método que se ha elegido en Tecnocom es el llamado Método de Selección Forzada o Elección Forzosa o Distribución Forzada. Con este método se intenta evitar los errores propios del efecto halo y la tendencia central.

Método de Selección Forzada
Concepto

Es un método de Evaluación de Desempeño Laboral que evalúa el desempeño de las personas mediante frases descriptivas de alternativas de desempeño individual.

Se deben realizar frases y luego escoger forzosamente una o dos ellas, la que más se ajuste al integrante del grupo.

Se rechaza a nivel individual y grupal, porque es muy rígido y por el hecho de elegir forzosamente, van a haber respuestas que no se ajustaran a las características reales de la persona. No se rescatan las cualidades que se pueden potenciar en una persona. Se necesita un complemento de la información.

No aplica en grupos pequeños.

Antecedentes 

El método de elección forzada (forced choice method) es un método de evaluación del desempeño desarrollado por un equipo de técnicos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial para la selección de los oficiales de las fuerzas armadas de su país que debían ser promovidos. El ejército deseaba lograr un sistema de evaluación que neutralizara los efectos de halo, el subjetivismo y el proteccionismo propios del método de escala gráfica, utilizados hasta entonces no permitían resultados efectivos, y el método de elección forzada, aplicado experimentalmente, posibilitó resultados bastante satisfactorios, y después varias empresas lo adaptan e implementaron.


Objetivo
Evaluar el desempeño de los colaboradores de una organización, mediante frases descriptivas de determinadas alternativas de tipos de desempeño individual.

Caracteristicas

El evaluador esta forzado a elegir 1 ó 2 frases de un bloque de 4 que se apliquen al desempeño del empleado. Su efectividad se determina sumando el # de veces que cada aspecto resulta seleccionado por el evaluador. Se determinan las categorías y los puntos asignados a cada frase de antemano a su realización.

El evaluador no conoce las puntuaciones.

Sus afirmaciones son de carácter general que pueden no estar específicamente relacionadas con el puesto.

La naturaleza de las frases puede variar mucho; no obstante, hay dos formas de composición:

  • Se forman bloques de dos frases de significado positivo y dos de significado negativo. Al juzgar al empleado, el supervisor o evaluador elige la frase que más se ajusta y, luego, la que menos se ajusta al desempeño evaluado.
  • Se forman bloques de sólo cuatro frases de significado positivo. Al juzgar al empleado, el supervisor o evaluador elige las frases que más se ajustan al desempeño del evaluado.


Ventajas del Método de Elección Forzada: 

  1.  Proporciona resultados más fiables y exentos de influencias subjetivas y personales, por cuanto elimina el efecto de generalización. (Efecto halo).
  2. Su aplicación es simple y no requiere preparación intensa o sofisticada de los evaluados.

Desventajas del Método de Elección Forzada:

  1. Su elaboración e implementación son complejas, exigiendo una planificación muy cuidadosa y demorada. 
  2. Es un método básicamente comparativo y discriminativo y presenta resultados globales, discrimina sólo los empleados buenos, medios y débiles, sin dar mayor información. 
  3. Cuando se utiliza para fines de desarrollo de recursos humanos, necesita un complemento de información acerca de las necesidades de entrenamiento potencial de desarrollo etc. 
  4.  Deja al evaluador sin ninguna noción del resultado de la evaluación con respecto a sus subordinados.


Beneficios

El grado de efectividad del trabajador en cada uno de estos aspectos evaluados se puede computar sumando el número de veces que cada aspecto resulta seleccionado por el evaluador. Los resultados pueden mostrar las áreas que necesitan mejoramiento. Tiene la ventaja de reducir las distorsiones introducidas por el evaluador, además es fácil de aplicar y se adapta a una gran variedad de puestos.

La curva forzada en una organización española

La curva forzada, distribución forzada o también llamada “campana de Gauss”, es una técnica de evaluación característica de organizaciones gestionadas por competencias cuya finalidad es situar el rendimiento de todos los trabajadores en una escala gradual. Muchinsky considera que este método es más útil cuando la muestra de personas es grande. La distribución se divide entre cinco o siete categorías. A partir de porcentajes predeterminados, la persona encargada de la evaluación sitúa al empleado en una de las categorías. Este método “fuerza” a distribuir a todos los empleados en todas las categorías de tal forma que es imposible que todos los empleados sean calificados como excelentes, promedios o malos. 
La aplicación de la curva forzada supone irremediablemente una doble interpretación. Por un lado encontraríamos una vertiente positiva, correlacionada con aquellos que defienden dicho método, que consideran que dicha técnica “limpia rezagados en la luz” ya que parten de la premisa de que los encargados de evaluar suelen considerar que todos sus empleados son buenos con lo que la distribución en la curva no podría ser “normal” (Muchinsky). Por el otro, una vertiente negativa, asociada a los afectados por dicho método (los trabajadores) y a autores críticos con la psicología pro-organizacional, que afirman que la curva forzada conlleva a la hiper competencia y a crear un ambiente darwiniano,  en contra de la filosofía de los equipos de trabajo y fomentando la desintegración grupal y desconfianza individual. Parece difícil considerar que, de forma natural, el rendimiento de un equipo de trabajo vaya a tener una distribución normal, es decir, que se podrá situar el rendimiento de todos los trabajadores en toda la curva, cuando dichos equipos están formados por los que el encargado considera “los mejores”.

Los efectos de la evaluación: Forzando las relaciones de trabajo con la curva forzada.


Los efectos de una evaluación pueden ser de diversa índole. En el caso que nos ocupa, intentamos demostrar que dichos efectos son debido a una importante carga de subjetividad a la hora de evaluar. Esta carga subjetiva viene determinada por diferentes factores en torno a los cuales se intentará agrupar los discursos: la comparación entre compañeros, que deriva en situaciones de desconfianza y competencia entre los iguales. El rendimiento a lo largo del año, que es medido de una forma no objetiva, en momentos puntuales y en contra de la naturaleza de las competencias.

La comparación forzada

Es cierto que evaluar implica comparar, y en el caso de la curva forzada esa comparación queda bastante patente. Se considera que el proceso de evaluación lleva acompañado distinguir entre aquellos compañeros que “lo hacen bien” de aquellos compañeros que lo hacen “menos bien” de una manera obligada y, en ese sentido, sin merecerlo.            
La complejidad de los criterios que miden el desempeño es el gran problema de la difícil digestión de una curva forzada.
Inevitablemente, evaluar el desempeño de las competencias esconde elementos que explican su dificultad. El evaluar a  una persona que ha sido contratada en la organización debido a que ha sido la mejor en su proceso de selección supone una contradicción con tener que evaluarla, irremediablemente, en el último lugar. Si además a eso se le añade que lo que se evalúa son competencias subjetivas, intangibles, que no responden a variables objetivas, claras y bien predefinidas, se entiende la multitud de dudas que despierta la curva forzada en ellos ya que se puede tener la sensación de haberlo hecho lo mejor posible, pero que ese desempeño no esté correlacionado con  tener una buena posición en la campana de Gauss.

Uno de los efectos más claros es la tendencia a perpetuar a las mismas personas en los mismos puestos, sobre todo para “los últimos en llegar” al departamento. Una especie de patata caliente que el último en incorporarse le pasa a su predecesor.

Este deseo por la comparación que parece acompañar a las organizaciones en su recelo por ser competitivas y poseer una ventaja competitiva con respecto a otras organizaciones puede derivar en consecuencias no deseadas para los trabajadores. La estrategia de buscar la competencia interna es un arma de doble filo es decir, que consigue efectos “favorables” para la organización y efectos negativos. Las personas con grandes aspiraciones realizarán su trabajo midiendo la excelencia día tras día en pos de una buena posición en la evaluación de su desempeño en la curva forzada. Las personas que, por el contrario, consideren el trabajo una herramienta que les permite autorealizarse y mantener un estilo de vida encontrarán en la comparación forzada una excusa para el distanciamiento, para el planteamiento irónico de la realidad laboral. Lo que cabe preguntarse es si las consecuencias de la curva forzada no parecen mostrar efectos que son la antítesis del espíritu de los equipos de trabajo y la consecución de objetivos comunes que enmarca a la gestión por competencias.

El rendimiento forzado

A la hora de medir el rendimiento, el “deber ser” de la gestión por competencias propugna que deben de existir diferentes momentos durante el año que permitan sacar evidencias de qué competencias posee el trabajador y en qué niveles o grados. Lo que encontramos en la práctica diaria organizacional son situaciones muy variables en función de la relación entre el jefe (evaluador) y el empleado (evaluado), de tal forma que la formalidad del seguimiento de evidencias se transforma en una serie de conversaciones informales entre los dos que harían indicar al empleado, de una manera orientativa, donde va a estar situado a final de año en la campana de Gauss.

Una de las ideas más importantes de lo que supone la evaluación es la comparación. La campana de Gauss es la herramienta que más provoca dicha comparación entre compañeros, su aplicación hace que siempre haya compañeros que “lo hacen bien” y compañeros que “lo hacen menos bien”.

A pesar de legitimar el uso de la curva forzada, los propios trabajadores cuestionan la posibilidad de que se pueda aplicar de manera adecuada en la evaluación, considerando que el principal problema lo tiene el evaluador, su jefe directo, pues, en cierta manera, es él quien queda en entredicho delante de sus trabajadores al reconocer, al igual que el resto de miembros de la organización, el cierto grado de “arbitrariedad” en la designación de la curva.

La inevitabilidad de la decisión que supone la campana de Gauss, su aplicación supone muchas dudas para los propios empleados, ya que se puede tener la sensación de haberlo hecho lo mejor posible, pero que ese desempeño no valga para tener una buena posición con respecto a sus compañeros.

Este último detalle de la comparación esconde, en nuestra opinión, un elemento natural del que no hace referencia ningún manual sobre la gestión: la competencia entre compañeros, hecho estrechamente vinculado a la lista gradual de mejores y peores en cuanto al desempeño. Lo que debería ser un momento de evaluación del desempeño de uno mismo se transforma en un momento de comparaciones basadas en una herramienta que es entendida por todos los miembros como injusta.

Una consecuencia práctica de la campana de Gauss, que la gente más veterana ocupe los puestos altos de la clasificación, mientras que los nuevos ocupen los puestos bajos, siendo la valoración resultado de otros factores distintos al rendimiento. Es decir, encontramos resultados de situaciones clásicas como el valor de la antigüedad a la hora de medir el rendimiento disfrazados en técnicas novedosas que, en teoría, pretenden acabar con dichas dinámicas. Los más jóvenes se quejan de que la empresa no les termina de explicar muy bien por qué tienen una nota baja aun a pesar de percibir que han actuado con el desempeño solicitado.

La relación forzada

Un último efecto que queremos mostrar es todo lo derivado de la evaluación del rendimiento en la relación entre compañeros. De hecho,  este apartado es en parte consecuencia de los dos anteriores, es decir, la comparación y el rendimiento (entre otros) enfocados desde la curva forzada son factores que influyen en la relación entre compañeros. La post-evaluación trae consigo unas consecuenciasque cada trabajador maneja de manera distinta: el silencio, el distanciamiento irónico, la resignación…
En primer lugar, la evaluación del rendimiento con la campana de Gauss supone una visibilización ya comentada que conlleva una serie de consecuencias entre los trabajadores. Depende mucho de la forma de ser de cada uno, a pesar de ello, la dinámica general es no hablar del resultado.

A pesar de la forma de ser de cada persona, la dinámica en el departamento es de no hablar del resultado de la evaluación, ya que todos se saben “sospechosos” de ocupar los puestos bajos de la curva forzada. La seguridad de que existe un compañero que estará en la última posición garantizaría, en un cierto sentido, el silencio entre los compañeros.

Cabe señalar la dificultad que entraña reanudar el trabajo después de una valoración negativa. Cuando no resulta fácil entender el porqué del resultado tampoco resulta fácil seguir al mismo nivel de motivación que antes de la evaluación, siendo una de las únicas salidas posibles el “seguir viviendo” sabiendo que “es lo que hay”.

La idea de que posicionar a todos los miembros del departamento en una escala supone que “el éxito de uno suponga el fracaso del compañero”, frase que ejemplifica a la perfección, los sentimientos que produce el proceso de evaluación.

Esa frustración lleva al distanciamiento de los empleados con la herramienta de evaluación. Una herramienta que depende de tantos factores externos al rendimiento del individuo, es en cierto sentido una moneda al aire que en función del año, la coyuntura, el jefe, sus reuniones con terceros, etc., puede ser o no consecuente con el rendimiento real de la persona.

Consecuencia directa de esta frustración es la que considera la época de evaluación como algo no deseado, una época de tensión que no aporta elementos positivos al rendimiento del departamento.

Una de las salidas que le quedan a los trabajadores antes esta situación de indefensión derivada de la curva forzada exigida en la evaluación es el distanciamiento irónico. El distanciamiento irónico lo entendemos como una estrategia del individuo a cuestionar la razón única dominante, la razón absoluta, en este caso, la razón de la organización en cuanto a la evaluación se refiere. Una razón que, como hemos visto, está supeditada a múltiples factores que la alejan del origen evaluador: el rendimiento del trabajador. El distanciamiento irónico, en este caso, supone restablecer los valores de importancia que tiene la evaluación; no tomarse en serio el resultado de la misma debido a que el trabajador es consciente del entramado de factores concluyentes, siempre y cuando no ocupe la parte baja de la tabla.

Cuando la relación que se mantiene con el jefe directo es cercana y permanente, el diálogo acolcha el resultado de la evaluación. Así, ese distanciamiento irónico se traduce más hacia el proceso de evaluación en sí que hacia la relación empleado-superior.

La gestión por competencias supone situar al individuo en el centro de todos los procesos organizativos colocando sus habilidades, aptitudes, conocimientos, destrezas y motivaciones en todos los rincones de la empresa; siendo estos elementos capaces de conseguir los objetivos propuestos. En ese contexto, las competencias de corte más personales cobran el mayor de los sentidos pues son las que otorgan la famosa “ventaja competitiva” o “elemento distintivo” en la organización.

Referencias: EFECTOS DESEADOS Y NO DESEADOS DE LA EVALUACIÓN POR COMPETENCIAS (Fª José Tovar Martínez, Juan Carlos Revilla Castro)



UGT defiende ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el registro de la jornada de trabajo

12/11/2018 | FeSMC-UGT
En la tarde de hoy, en Luxemburgo, se ha celebrado ante la Gran Sala del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), integrada por dieciséis juezas y jueces, la vista oral de la cuestión prejudicial planteada sobre la obligación de las empresas de llevar un registro de la jornada de trabajo, en el que se refleje el número de horas de trabajo efectivo realizadas, tanto ordinarias como extraordinarias.
Representantes de los servicios jurídicos de FeSMC-UGT han tenido oportunidad de hacer valer los argumentos del Sindicato ante la Gran Sala del TJUE para que ésta resuelva que la Directiva 2003/88, que fija los límites de jornada de trabajo, así como los periodos de descanso diario y semanal, exija el establecimiento de un sistema fiable y accesible de registro de la jornada diaria, que garantice el cumplimiento de las previsiones de la propia Directiva.
El Tribunal Supremo español había resuelto en sentencias de 23 de marzo y 20 de abril de 2017 (asuntos Bankia y Abanca), que no resulta obligado para las empresas españolas llevar un control, o registro de la jornada ordinaria, para las personas que trabajan a tiempo completo (para las que trabajan a tiempo parcial sigue siendo obligado tal registro), por considerar que únicamente se exige registrar las horas extraordinarias, cuando se realicen.
Con el criterio del Tribunal Supremo no solamente no se garantiza la efectividad de los límites de jornada y el respeto a los periodos de descanso fijados en la Directiva europea, sino que se hace imposible el control y la reclamación de las horas extraordinarias.
No solamente está en juego la seguridad y salud en el trabajo, que se garantiza con el establecimiento de límites de jornada y la regulación de los descansos mínimos, sino también el fraude del impago de las horas extraordinarias, su falta de cotización a la Seguridad Social, con menoscabo también para el erario público en la recaudación de impuestos, y la finalidad de un reparto del empleo en una sociedad con una muy alta tasa de desempleo (como ocurre en España).
La sentencia se conocerá en los próximos meses y tendrá una gran trascendencia para las trabajadoras y trabajadores de nuestro país y, también, para los del resto de Europa.


1º de Mayo, por el PLENO EMPLEO: Menos Jornada y Mejores Salarios

  Accede al Manifiesto 1º Mayo 2024 1º de Mayo, para defender lo ganado hasta ahora y continuar avanzando en nuevos retos laborales y social...